Los sinónimos son expresiones de igual o semejante significado. La sinonimia es una relación de identidad o similitud de significado entre dos formas lingüísticas diferentes.
Gracias a los sinónimos, un mismo significado o contenido puede ser expresado mediante dos o más formas o significantes distintos.
Por esta relación semántica es que, al hablar o escribir, podemos echar mano de términos distintos para expresar una misma idea.
El conocimiento de los sinónimos en una lengua es muy valioso porque nos ayuda a expresarnos mejor en situaciones de comunicación formales o informales. Además, un mayor repertorio de palabras implica un mayor dominio del idioma y redunda en más opciones de expresión para el hablante.
Por ejemplo, al referirnos a algo importante, también podemos usar sinónimos como fundamental, relevante o significativo, dependiendo del caso. Del mismo modo, un conector explicativo como ya que admite las variantes porque, puesto que o debido a que, que nos ayudan a evitar repeticiones de palabras y embellecen el escrito.
Los sinónimos pueden clasificarse en dos categorías según el tipo de relación que presenten las palabras: absoluta o parcial (en la que se incluyen la cuasisinonimia y la sinonimia contextual).
Los criterios fundamentales para distinguir las diferentes clases de sinónimos tienen que ver con su proximidad semántica (grado de similitud de significados) y con las variables cronológicas, dialectales, estilísticas, de registro, etc., a que están sujetas las palabras.
Conocer y entender los distintos tipos de sinónimos nos ayuda a emplearlos más adecuadamente, lo que mejora nuestra expresión oral y redacción.
En la sinonimia absoluta o total, la relación entre los términos es de total identidad: las palabras o expresiones comparten todos los significados (descriptivo y expresivo) en todos los contextos posibles.
Así, al expresarnos de forma oral o por escrito, podemos intercambiar los sinónimos totales sin afectar el sentido del mensaje.
Aunque la sinonimia total no es la más común, hay palabras que nos permiten expresar, con toda exactitud, un mismo contenido.
Por ejemplo:
En la sinonimia parcial, las expresiones no son idénticas en significado: no comparten todos los significados o hay contextos en los que no pueden intercambiarse.
En este caso, entonces, la relación semántica es relativa y los términos son semejantes, próximos o afines, pero no exactos.
A diferencia de los totales, los sinónimos parciales son los más abundantes en la lengua pero no pueden intercambiarse indistintamente.
Al emplear un sinónimo parcial debemos verificar que la palabra sea la apropiada para el caso, de modo de mantener la precisión de nuestro mensaje.
Por ejemplo:
En la sinonimia contextual, las expresiones funcionan como sinónimos solo en ciertos contextos referenciales. La relación es relativa porque el significado solo se comparte en un contexto específico al que queda restringida su alternancia.
Si bien los sinónimos contextuales son de ayuda para evitar repeticiones, debemos prestar atención al significado que queremos expresar y cerciorarnos de que la palabra sea correcta en ese contexto.
Por ejemplo, un caso de sinónimos contextuales son los sustantivos pila y batería: pueden alternarse con el significado de generador o acumulador de energía eléctrica: “a mi teléfono se le agotó la pila (o la batería)". No así en el contexto musical, donde batería es un instrumento de percusión: “Estoy aprendiendo a tocar batería” (pero no pila).
Otro caso de sinónimos contextuales lo constituyen los verbos poner y colocar, que solo coinciden en algunos significados. Podemos usarlos indistamente en “pusimos (o colocamos) los libros en su lugar” pero en “la gallina puso” o “a la niña le pusieron Juliana porque así se llamaba su abuela” no cabría colocar como sinónimo.
La cuasisinonimia o parasinonimia puede incluirse en la sinonimia parcial, aunque algunos estudiosos del tema la tratan como un tipo aparte.
También aquí la relación semántica es relativa pero la diferencia de los términos no es propiamente de significado.
En efecto, los parasinónimos o cuasisinónimos comparten significado pero su sentido se ve afectado por diferencias etarias, cronológicas, dialectales, sociales, culturales, de registro, estilísticas, expresivas, etc.
Aunque el referente es el mismo, estas palabras tienen connotaciones distintas para los interlocutores o afectar la interpretación o comprensión del mensaje. Por eso, antes de emplear un parasinónimo o cuasisinónimo, debemos asegurarnos de que se ajustan a lo queremos que entienda nuestro oyente o lector.
Por ejemplo:
Los sinónimos desempeñan un papel importante textual y discursivamente, ya que nos sirven para garantizar aspectos fundamentales de la expresión oral y escrita como la cohesión y la expresividad.
El uso de sinónimos es uno de los mecanismos léxicos de la cohesión textual: permite mantener y reiterar las referencias sin caer en repeticiones que resulten monótonas o cacofónicas.
Mediante los sinónimos, un mismo elemento puede aparecer en distintos lugares del texto o mensaje. El emisor puede referirse a los mismos seres, objetos, estados, acciones y fenómenos mediante palabras o expresiones diferentes.
Por ejemplo:
El empleo intencional de palabras con igual o similar significado sirve para amplificar o reforzar un concepto o idea y, también, para crear imágenes y suscitar emociones.
En ese sentido, la insistencia o repetición de un significado es un recurso discursivo y forma parte del amplio repertorio de las llamadas figuras poéticas, estilísticas o retóricas.
Este recurso repetitivo puede valerse de términos de igual significado (propiamente sinonimia), de mayor o menor intensidad (gradación) o de repetición superflua (pleonasmo).
Por sus efectos persuasivos y estilísticos, la sinonimia es una figura muy empleada por la publicidad, la propaganda, la didáctica y la literatura. Pero también es empleada, con identicos efectos, en la vida cotidiana.
Por ejemplo:
La sinonimia es una relación semántica de identidad y semejanza.
Existen, además, otras relaciones de significado, tales como la polisemia, la homonimia, la antonimia, la hiperonimia, la hiponimia y la meronimia.
La semántica y la pragmática tienen estas relaciones como objeto de estudio.